Rinoplastia
¿Qué es?
La rinoplastia es uno de los procedimientos más comunes de la cirugía plástica. La operación de rinoplastia puede reducir o incrementar el tamaño de su nariz, cambiar la forma de la punta o del puente, mejorar la abertura de los orificios nasales o cambiar el ángulo entre la nariz y el labio superior. Además de esto, también puede corregir un defecto de nacimiento o una lesión, o ayudar a mejorar problemas de la respiración.
Principalmente, la rinoplastia resuelve problemas tales como:
- La giba ósea (hueso que sobresale del dorso de la nariz a semejanza de una joroba)
- Las desviaciones hacia la derecha o izquierda de la totalidad de la nariz
- Las malformaciones congénitas como las secuelas del labio y paladar hendido y otros factores genéticos
- Las malformaciones adquiridas en la vida por traumatismos y enfermedades.
Hoy en día este tipo de intervención tiene como principal función devolver la armonía facial al paciente, siguiendo los rasgos estructurales de la cara tratando de aportar un resultado natural. Uno de los objetivos principales del cirujano en este tipo de intervención es producir narices que parezcan no operadas, pudiendo lucirlas sin ningún reparo ante cualquier persona.
Procedimiento
La operación de nariz es un procedimiento sencillo que se hace con anestesia general o local dependiendo de las necesidades específicas de cada paciente. Hay intervenciones que, por las características del caso, requieren más trabajo por parte del cirujano mientras otras intervenciones resultan más sencillas (por ejemplo, quitar un caballete mediante la aplicación de un relleno de material de implante en el punto estratégico sin tener que tocar hueso). En cualquiera de los dos casos será el médico quién decida qué es lo más adecuado.
Por norma general, la cirugía de nariz no suele durar más de 10-20 minutos y resulta mínimamente invasiva.
Se puede realizar con una técnica tradicional y más habitual, que se lleva a cabo por dentro de la nariz a través de una sencilla incisión dentro de las fosas nasales, y en cuyo caso la cicatriz queda en el interior, por lo que no es en absoluto visible a simple vista y al cabo de unas semanas es difícilmente apreciable.
Para casos más complejos, se opta por un procedimiento abierto, que consiste en levantar la piel mediante una incisión en el tejido vertical y separarla de la estructura ósea y cartilaginosa en que se apoya para permitir esculpir la nariz según la forma deseada. Este método permite obtener un resultado más previsible que en la técnica cerrada.
La hospitalización es ambulatoria, es decir, que es una intervención sencilla similar a un proceso odontológico, aunque el equipo médico determina el método más aconsejable para cada caso concreto.
Conviene saber que la rinoplastia no se hace única y exclusivamente por cuestiones estéticas, también se hace por motivos de salud como pueden ser los molestos ronquidos o las dificultades al respirar. En estos casos también el cirujano valorará cuál es la mejor de las intervenciones.
MÁXIMA CALIDAD ASISTENCIAL
Sin duda alguna una aparatología inmejorable para asegurarnos un resultado excelente.
Tiempo de intervención
Hospitalización
Es ambulatoria, similar a un proceso odontológico.
Recuperación
La inflamación es mínima y va disminuyendo con el paso de las horas.
Resultados
Son excelentes. Los pacientes han experimentado una recuperación total de su vida laboral y cotidiana.
Anestesia
La operación necesita anestesia local en la zona a tratar.